Texto de la Licenciada Stella Arber, Directora del MAC en http://stellaarber.blogspot.com.ar/
José Luis Volpogni (*)
“Fortalezas vacías” es el nombre de la
instalación que Fernanda Aquere presenta en el mes de diciembre en el MAC-UNL.
Artista visual y gestora cultural independiente, Fernanda Aquere ha participado
de numerosas experiencias que hoy la contemporaneidad pone a disposición de los
productores visuales: ferias, clínicas, residencias y trabajo de gestión
independiente (es una de las fundadores del grupo Germina Campos de la ciudad
de Santa Fe).
Hay una pregunta que atraviesa toda su
obra que refiere a ¿qué es hacer arte hoy? ¿Cuándo hay arte? En ese sentido
asume la tradición que a principios de los sesenta volvió a presentar una
segunda vuelta de tuerca sobre la producción artística y que refiere a cómo el
concepto de arte fue perdiendo nitidez.
La cada vez más protagónica presencia
del concepto no significó una restricción sino que como un paraguas abrió las
posibilidades de la producción.
Eso produjo modificaciones sustanciales
sobre lo artístico en su doble faz: en la producción y en la recepción. El arte
fue posicionando su dimensión de hacer al de saber-hacer, en los hacedores y en
los espectadores que tuvieron que agudizar su participación, ya que ellos
formaban parte del hecho artístico. Su mirada aniquiló definitivamente la
contemplación para volverse constructiva.
Fernanda Aquere enmarcada en esa
tradición incursionó en la fotografía, en la pintura, en los objetos, en la
gestión, en la curaduría, en la docencia.
En ese sentido su accionar experimentó
otro de los constituyentes de las búsquedas contemporáneas como es la
implicación y complicidad de varios lenguajes y disciplinas. El arte hoy es
impensable fuera del concepto de rémix.
Con la firme y decidida convicción de la
experimentación buscó la producción fuera de los materiales canonizados e
incursionó en otros que habitualmente son utilizados en la cotidianidad y en la
industria.
Distintas variaciones del metal en su
dimensión industrial y artesanal, y soportes no tradicionales fueron algunas de
sus búsquedas. ¿Puede el color seguir siendo patrimonio de la pintura sin
utilizar pincel y acrílico? ¿Puede la forma y su repetición reemplazar la
representación? ¿Se puede con lo industrial, que conlleva la lógica de la
seriación, producir un objeto artístico? Entramado en su obra ganadora en el
salón de mayo de 2012 acude a darnos la respuesta.
Su búsqueda por todos “estos senderos
que se bifurcan” fue atravesada por la reflexión, el estudio, la formación
extraacadémica (su relación y clínicas con Justo Pastor Mellado y Tulio De
Sagastizábal son una bisagra en su formación profesional) y la constante
producción y puesta en acto en salones, exposiciones, charlas, debates.
En esta oportunidad ,“Fortalezas
vacías”, la muestra individual que se inauguró en diciembre, es una puesta que
nos invita a llenar el vacío con significados personales y singulares como
producto de la experiencia artística del espacio.
Vivimos caminando, experimentando el
vacío entre nosotros y los otros, entre nosotros y los objetos.
Fernanda nos propone experimentar eso
que hacemos todos los días, con el plus que pone el arte como conocimiento de
la experiencia humana.
Su instalación es soberbia en su
concreción y contundente en su conceptualización.
Material industrial (más de 600 m de
tela plástica), que según la voluntad de la artista y su previa
conceptualización, adopta diferentes formas, pliegues, estiramientos, y en ese
devenir nos propone la simple y compleja experiencia de un nuevo recorrido que
refuerza con sonido e iluminación.
De la transparencia inicial y
cautivadora a la opacidad de significado que, implicándonos, se revela en cada
uno de los espectadores.
(*) Licenciado en Artes
Visuales. Cátedra Arte Contemporáneo ¿categoría estética o temporal? de la Fadu
(UNL)
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